18 feb 2012

Boris ha vuelto.

Boris vuelve a aparecer en mi vida, al cabo de no sé cuánto tiempo, como ya lo hizo una vez, sin hacer mucho ruido, para que no me entere.

Se deja ver, en alguna ocasión, envuelto en ese halo de misterio que le caracteriza. El mismo misterio que envuelve tanto a poetas como a cantautores de corazón. Le envuelve y a mí me encanta.

Sí. Boris ha vuelto.
Poquito a poco.
Tocando a la puerta y con su libro bajo el brazo.

¿Lo mejor de su vuelta? Más allá de ella en sí, es que no ha cambiado nada, que ninguno hemos cambiado. Que todo parece seguir igual.

Ha vuelto con la misma magnífica sonrisa que tenía antaño -aquella que tanto me gustaba y que, tan sólo, aparecía en contadas ocasiones-, teniendo la palabra justa en el momento necesario, haciéndome sonreír...
Ha vuelto pero es como si nunca se hubiera ido.

Aparece prometiéndome una cena y cree que hasta me hará el desayuno, aunque eso yo no debería saberlo aún. Hace falta muy poco para hacerme feliz y Boris es un experto en conseguirlo. Un concierto, un paseo por la magnífica y misteriosa ciudad de Granada... Me ha pedido que me vaya con él. ¿Dónde? Aún no lo se pues el lugar no importa... Hemos quedado en encontrarnos en nuestros sueños.


Boris, yo y nuestros sueños.

Es raro. Todo es raro. La situación es rara. Nosotros, Boris y yo, somos extremadamente raros -quizás por eso encajamos tan bien-.

Ha vuelto y no se por qué. Tal vez no deba saberlo. Tal vez, y sólo tal vez, no sea este el capítulo en el que descubriré sus motivos.

Ha vuelto y, puede que, para quedarse.

No te vuelvas a marchar.
No vuelvas a desaparecer.
No lo hagas, por favor. Sólo le pido eso.
Alice

No hay comentarios:

Publicar un comentario