29 dic 2010

Tu mirada me hace grande...

¡Al fin lo logré! Ayer puse esa canción que tantas veces
escuché cuando te marchaste, la que tanto me hizo llorar
pensando en tí. La escuché, disfrutándola como nunca,
sin derrarmar ni una lágrima. Él estaba a mi lado. 
Él, el motivo por el que ya no pienso en tí.
Él, que me hace sentir como una reina, con castillo y todo...
Él, que me besa como si mañana mismo fuera a acabar el mundo,
que ahora es el motivo de tantas cosas...
Ahora ya no eres tú. Ahora es Él. 
Es Él quien ocupa mi pensamiento, quien ha hecho que mi mundo vuelva a girar.
Él, no tú...
Esta es la última vez que te escribo, lo prometo. 
La última vez que te dedico parte de mi tiempo. 
La última vez que eres tú el centro de todo.
Pablo Alboran – Solamente Tú



Escribiré, lucharé, gritaré, bailaré, reiré, imaginaré, volaré...Todo porque, ahora, está Él.

15 dic 2010

Palmadas en la espalda.

Por suerte, poco a poco, esta jodida adicción a ti va desapareciendo... Digo "jodida" porque es lo que realmente pienso. Tengo unas ganas impresionantes de desintoxicarme de ti, de no sentir la necesidad de tenerte cerca... y en esas estoy.
Eso de que un clavo saca otro clavo he comprobado que no es del todo cierto pues te olvido un rato, sí, pero al cabo de un tiempo, últimamente, no mucho, tu imagen vuelve a rondar por mi cabeza. También he intentado ignorarte o, simplemente, no pensar en tí, pero proponiéndome no pensar en tí, vuelvers a aparecer y así me va...
He descubierto, después de algún tiempo, como hacerlo... Cómo desengancharme. Es bastante más retorcido que todo esto e, incluso, difícil de explicar y muchísimo más complicado de entender.
Para olvidarte, para alejarme de tí, no hay nada mejor que pasar contigo un par de horas o tres cada cierto tiempo.
Sí, suena raro, lo se, pero a mí me funciona y estoy completamente segura de que llegará el día en que salga contigo a tomar algo, me lo pase bien y ya está. Y con ese "ya está" me refiero que, cuando me dejes en casa, (porque eso sí, eres un caballero y siempre me acompañas a la puerta) no seguiré pensando en ti ni en lo mucho que deseo volver a verte.
SE que estoy cerca de conseguirlo y me siento orgullosa por eso. Orgullosa por lo que ya he conseguido y, más orgullosa aún, por lo que se que voy a conseguir.

Así que, por eso, yo misma  me doy palmadas en la espalda.