Si no lo digo, reviento.

Es de noche, hace ya frío debido a las fechas en las que estamos. Estás con él, tu innombrable.
Hacía tiempo que no le veías pero todo sigue igual que siempre. Él, increíblemente perfecto y tú... Tú, dispuesta a casi todo por él. Pero ya no hay nada. Sólo cariño. Ni besos ni charlas interminables perdidos en algún lugar de la ciudad ni caricias ni juegos ni amor ni sexo. NADA.

- Tengo un problema.- le dices mientras puedes sentir su respiración perfectamente acompasada con la tuya.
Te mira con esos perfectos ojos color chocolate y te hace un gesto invitándote a continuar.
-Bueno, realmente, no es un problema...Son varios-
Coges aire y puedes percibir su olor. Un olor que nunca quieres que tu memoria disuelva y se convierta en un vago recuerdo. Él, separa tu cuerpo del suyo, te observa inquisidor...
-Venga, habla. ¿Qué te pasa?
-¿Estás seguro de que quieres saberlo?- preguntas esperando tener un no por respuesta.
-Estoy esperando- sonríe encantador y te vuelve a abrazar.- No me mires si no quieres pero, por favor, cuéntame.
-Mi problema eres tú.- suspiras y le abrazas más fuerte aún, si es que es posible- Tenerte tan cerca me pone increíblemente nerviosa y, a la vez, es el lugar donde más segura me siento. Además, tengo miedo... Miedo de, pese a todo, hacer lo que quiero..
-¿Y qué es lo que quieres?
-Pues...- piensas si continuar o no. Total, ya puestos...- Quiero besarte. Una, tres o quinientas treinta veces. Pero, eso sí, sólo si estuviera loca te diría eso. Sólo estando loca te miraría a los ojos y te diría que no quiero que acabe esta noche.

Los sueños, sueños son...

Hoy me he descubierto dando un consejo que ni yo misma consigo aplicar. ¡Qué fácil es hablar cuando lo ves todo desde fuera!

Si quieres algo… ¡¡ LUCHA !!

Nadie nos regala nada en esta vida. Tenemos aquello por lo que hemos sido capaces de desenvainar nuestra espada, aquello por lo que nos hemos esforzado y gritado, en muchas ocasiones, al mundo que queríamos.

Pero ¿cómo luchar cuando tu adversario es incapaz de coger su arma para hacerte frente? ¿En qué momento debemos dejar de luchar y darnos por vencidos? Yo creo que nunca pero… no es tan sencillo.

Son muchas las preguntas sin respuesta que hoy se agolpan en mi cabeza… 

Son demasiadas las posibilidades que ando barajando pese a que ninguna acaba por convencerme.

Es cierto que si luchamos por aquello que anhelamos, tenemos más posibilidades de conseguirlo que si no lo hiciéramos… Hasta ahí, todo claro, pero cuando las probabilidades de alcanzar el éxito son ínfimas, por mucho que luchemos, ¿hasta qué punto merece la pena intentarlo? ¿Cuánta de nuestra energía debemos dedicar a ese sueño casi frustrado, me atrevería, incluso, a decir?

Tal vez sería más conveniente dirigir nuestro esfuerzo hacia otros lugares, ¿no? 

¿Por qué, aún sabiendo lo que más nos conviene, nos empeñamos en no cambiar nuestra dirección? 

¿Tanto nos atrae esa recompensa hasta el punto de olvidarnos, muchas veces, de todo lo demás?

Pasado pisado...

Acabo de llegar y
ya quiero, de nuevo, marcharme.
Necesito sentirme en casa,
tranquila, querida y arropada.
Cansada de promesas incumplidas,
idas y venidas, falsas sonrisas
y alguna que otra lágrima.
Dicen que pasado pisado
pero ¿cómo pisar algo que no ha pasado?
Que he aprendido que hay historias que,
sin querer, tiene final
cuando ni siquiera han empezado.

Siempre llega a tu vida el momento en el que tienes que decidir

entre pasar página o cerrar el libro...

Yo, hoy, pese a todo pronóstico, y sorprendiéndome a mí misma,
decido cerrar el libro...¿No dicen que muerto el perro se acabó la rabia?

Pues eso...

Escápate conmigo. No lo pienses más.

Mis manos van al pan y convierten tu saliva en vino...

¡ Jodido idiota !

                                       - ¿Me estás escuchando? - le preguntas enfadada.

- Perdón, sólo lo hago a ratos... - te dice mientras en sus labios se intuye una pequeña sonrisa burlona que hace que le odies y, a la vez, te mueras por besarle.

- No sé por qué te aguanto, de verdad que no. - esputas en un intento de levantarte de la silla dispuesta a salir corriendo de aquel bar pero agarra tu mano y te invita a ocupar de nuevo tu lugar.

- Espera, miss simpatía...

A regañadientes obedeces, cual niña buena, te sientas y le vas a escuchar; aunque sólo sea a ratos, pues no se lo merece, o eso crees.

- Sólo te escucho a ratos. -continua con su explicación, que acrecienta tu cabreo por momentos. - Cuando te miro a los ojos, me pierdo en ellos y me aíslan del mundo...

Sonríe increíblemente encantador, como siempre, y conocedor de su victoria.

- ¿ Sigues sin saber por qué me aguantas?

-No, no lo sé... - contestas a sabiendas de que siempre nota cuando le mientes. - ¡¡¡Sigues siendo un jodido idiota!!!

Vuela

Y lo único que quiero es volar...

...pero no sé si seré capaz de hacerlo.

 Y volar y acariciar el cielo con mis manos y olvidar mi dolor...

Fin del mundo.

Yo le regalaría a alguien a quien quisiera una bola del mundo para cerrar los ojos y señalar dónde podríamos ir juntos.







¿Sabes en cuantos lugares podríamos ser felices tú y yo?


Y el fin del mundo no puede quedar demasiado lejos de donde estamos nosotros en este momento pues a mí me sobra con tu sonrisa para perderme y desaparecer. Que, muchas veces, me basta tu mirada para saber lo que piensas sin necesidad de palabras.Que haces que lo complicado parezca sumamente fácil y, también, conviertes en enrevesado algo extremadamente sencillo.

Que no somos ni tú ni yo...

y si el fin del mundo está aguardando por nosotros, y se que lo está haciendo, no me queda más que hacer la maleta y esperar...Esperar que salga un vuelo hacia donde nunca nadie más ha estado y saber que estarás sentado a mi lado. Eso sí, me pido el asiento de la ventana, al menos para la ida. Si volvemos, que espero que no, podrás elegir donde sentarte y ojalá decidas que sea a mi lado...

Sabes bien que te seguiría hasta allí y un poquito más lejos...

Ni príncipes ni princesas.

¿Quién querría ser una sosa al cuidado de siete enanitos (mineros y cantarines) pudiendo tener el tipazo de su madrastra gótica?

¿Serías obediente y llegarías a casa antes de las doce?

¿Te gustaría perder los taconazos en una carrera de lo menos elegante en pos de alcanzar la calabaza tuneada del clan de las ratas?

¿Elegiría alguna mujer morirse de miedo en el bosque, encima cargada con la compra (¡vaya cuadro!), pudiendo aullar entre las garras de un lobo? (En esta fantasía ha tenido mucho que ver la encarnación de Lobezno, o sea, Hugh Jackman).

¿Aguantarías a un pesado-eterno-adolescente que siempre está pegando brincos y no se puede separar de esa amiga —que tú sospechas más que amiga— llamada Campanilla? (¿Lo de campanilla será un cariñito o un nombre de guerra en plena práctica de sexo oral?)

¿Sabes lo mal que podrías quedar si te pasas durmiendo cien años rodeada de todos los de tu pueblo? (Imagina tu probable halitosis al despertar de un primer beso. Lamentable).

Realmente ¿lograríamos entender ahora el sacrificio de una mujer mitad pez mitad Miss Benidorm por no herir al hombre que acaba de rechazarla y casarse con otra?

Ya está bien de historias malintencionadas. 

¡Qué jeta tenían los Grimm, Andersen y Perrault! ¡Cuentistas, más que cuentistas! 

Ni zapatos de cristal, ni polvos mágicos, ni espejos sinceros. Unos buenos Manolos, polvazos de verdad y elixires de la eterna juventud.

Aunque en un momento de debilidad intentáramos hacer el ejercicio compasivo de adaptar el cuento a nuestro tiempo, no funcionaría. No saldrían ni el cuento ni las cuentas.

Te pongas como te pongas, los coches blancos son una horterada y un rubio vestido de azul celeste de arriba abajo también. Córtate las trenzas, tira la banda de miss al mar, regala manzanas para dormir a la competencia, fúgate con el lobo y date un baño de espuma con él. 

Recuerda: mientras las princesas duermen, las brujas vuelan.

Tú decides si seguir soñando con príncipes encantados y amores de película…

Eres tú quien tiene que aceptar, que ya va siendo hora, que ni el príncipe azul existe, ni tu hada madrina va a aparecer un día para traerte un vestido de infarto, ni si pierdes un zapato va a tocar un señor increíble a tu puerta para entregártelo…

Que así nos va, chicas. Que buscamos lo que no existe y por eso no hay manera…

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Decido no extrañarte,vestirme y levantarme.

Quiero escaparme de tu sombra

¿Por qué si no te quiero ver regresas a mi mente sin aviso y no puedo correr?

Mujeres que corren con lobos...

A los lobos se les dan muy bien las relaciones.

Cualquiera que haya observado el comportamiento de los lobos se habrá dado cuenta de la profundidad de sus vínculos. Las parejas suelen ser de por vida. Aunque se registren conflictos y desacuerdos entre los miembros de la pareja, sus fuertes vínculos les permiten superarlos y conocer juntos duros inviernos, numerosas primaveras, largos paseos, nuevas camadas, viejos depredadores, danzas tribales y cantos corales. Las necesidades de relación de los seres humanos no difieren demasiado de las suyas.

A diferencia de los seres humanos, los lobos no piensan que los altibajos de la vida, la energía, la fuerza, el alimento o las oportunidades sean sorprendentes o constituyan un castigo. Las cumbres y los valles están simplemente ahí y los lobos los recorren con la mayor eficacia y naturalidad posible. 

Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo que ocurre a continuación...

Deja de pensar...

En este mundo, no todo es blanco o negro.
La vida está llena de grises y, en cada situación que nos toca vivir, debemos elegir hacia qué color nos decantamos.

Ni tú eres mala ni yo una santa…

Ni nada es absolutamente verdadero ni categóricamente falso.

Aún así, una tortilla siempre será una tortilla... Aquí, en Japón, ahora o dentro de 50 años..

Que a tí te tira más el blanco mientras que yo me decanto más por el color negro.
Tú eres más bien ying y a mí me pega más el yang...
Tú no te ríes y yo hace mucho que no lloro…
Tú eres más de cine y yo de bares de copas...
Tú te callas y yo, si lo hago, reviento...
Tú eres especial y yo, simplemente, rara...
Tú, pese a todo, me entiendes y yo a ti, por suerte, a veces, también.

Que tú eres increíblemente maravillosa y yo sólo soy yo...

Las decisiones que tomamos en esta vida, sean blancas, negras o grises, siempre tendrán consecuencias, para nosotros y, por suerte o por desgracia, para muchos de los que nos rodean.

No puedes decidir todo en tu vida pensando en el bienestar de los demás, en lo que dirán o pensarán..

¡Piensa en ti! 

Haz lo que quieras, porque te hace feliz y olvida el resto.

Sonríe.           Canta.           Baila.            Grita.          Besa.        Sueña.    Vuela.

Haz lo que quieres, cuando quieres y porque quieres.

Deja de pensar  y actúa..

Ya sabes, tal vez era mejor antes cuando pensábamos menos y besábamos más...

Salta...

Dicen que no vale la pena vivir sin pensar en la vida pero ¿y si tu vida se reduce a pensar? ¿Eso es vida o no  parar de hacerse preguntas?

Cuando eres joven te dedicas a divertirte continuamente pero, luego, creces y aprendes a tomar decisiones para no romperte una pierna ni el corazón.
Aprendes a mirar antes de saltar y, en ocasiones, no saltas porque no siempre hay alguien para cogerte...

y en la vida no hay red ni arneses de seguridad.

Si no saltas nunca sabrás hasta dónde podrías haber llegado...

Reflexiones...

Porque llegará a tu vida el momento en el que aparezca 
un hombre al que te sentirás unida de una manera especial,
al que aceptarás tal y como es, con sus cosas buenas y, 
por supuesto, con todos sus defectos... Un hombre que lo daría
todo por ti, que te hará sentir especial y que, únicamente,
con una mirada será capaz de hacerte sonreír...

Y le querrás tanto que hasta te dolerá...

Que ni existe el príncipe azul, ni nadie es perfecto, ni el amor de nuestra
vida aparecerá un día tocando la puerta de casa...

Que los mayores siempre dicen que en esta vida hay que arriesgarse,
estar dispuesto a meter la pata y, me atrevería a decir, que hasta a sufrir por amor..

Que yo pienso que no puede ser...

Que querer a alguien no puede significar problemas,
ni sufrimiento ni dolor...Que querer a alguien tendría que ser lo más
maravilloso del mundo siempre y cuando seas correspondido...

Que más de uno daría parte de su vida por encontrar a ese alguien especial,
por compartir todo y sonreír caminando juntos en la misma dirección...
Que algunos no saben la suerte que tienen por haberlo encontrado...

Que también me pregunto cómo saber que ese alguien es tu alguien especial
y, una vez que sabes quién es, qué hay que hacer...


Que yo se quién es mi alguien, que él sabe que lo es y ni con esas parece que nos pongamos de acuerdo...

Recuerdos...

Sentada en la habitación me pregunto qué será de tí.
Hace un tiempo que desapareciste de mi vida, borrando todo de un plumazo.
Tu recuerdo se ha llegado a difuminar tanto en mi memoria que parece como si nunca hubieses existido.

No te echo de menos a tí, a tu persona. No obstante, no puedo evitar recordar todos aquellos momentos maravillosos que me regalaste. Aquellos en los que me hiciste creer que era la única persona sobre la faz de la tierra que te importaba.
Echo de menos la forma en que me mirabas o como tu sonrisa era lo único capaz de animarme en los días nublados...Echo de menos las noches de sofá, peli  y palomitas en las que disfrutaba acariciándote el pelo..

Eramos especiales, siempre lo fuimos.
Nadie nunca fue capaz de entender nuestra rara amistad..

¿Has encontrado un trabajo que verdaderamente te llene?
¿Hiciste la maleta y te dedicaste a viajar y conocer mundo tal cual deseabas?
¿Has encontrado la persona que te haga realmente feliz, la que te complemente perfectamente?...

¿Has pensado como yo ahora en tí?

Si no lo has hecho, seguro que cuando recibas un algo que te he enviado, lo harás.