Querido innombrable...

Siempre me decías que los niños y los borrachos dicen la verdad. También me decías que yo daba la imagen de ser una niña malcriada y consentida, acostumbrada a tener todo lo que quería pero ya ves que no... ¿Niña? Puede ser pues considero que todos necesitamos ese punto infantil para poder sobrevivir en este mundo tan jodido, a veces.

- Eres un auténtico CAPULLO !!! - le dices mientras no puedes dejar de besarle.
- Lo se, y por eso te gusto. Admítelo. Te encanta que no te lo ponga fácil. - sonríe y agacha la mirada.
- Tarde o temprano me daré cuenta de lo capullo que eres realmente y, entonces, tendré el valor y la fuerza necesaria para librarme de ti, para echarte de mi vida.
- Pequeña, hazlo. Si eso es lo que necesitas, hazlo. Sabes lo que puedo ofrecerte y lo que no. Eres tú quien tiene la pelota sobre su tejado.
- Te odio, ¿lo sabes?- no puedes disfrazar tu mirada de desprecio, de verdadero enfado.-Te aprovechas porque sabes que yo soy incapaz de acabar con toda esta historia...

Tienes que marcharte ya de su casa. Es tarde y mañana tienes cosas que hacer. Además, ya le has dicho todo lo que pensabas. No le quieres, no estás enamorada, simplemente, te has enganchado a él.
Estás enganchada a sus besos, al roce de sus manos, a su sonrisa... a todo él.
¿Si no hubieras bebido crees que habrías sido capaz de decirle como te hace sentir esta "vuestra historia"? Más que vuestra es tu historia... Tú le buscas, tú le llamas, tú le besas, tú todo .. y ¿Él? él se deja querer... A todos nos gusta que nos quieran, ¿no?


Pues que te den !

Última semana...

Abres el armario. Ya no queda mucho dentro. ¿En el cajón del escritorio? Un par de bolis gastados, una libreta y poco más. Comienzas a quitar las fotos de la pared. El día de tu cumple. La fotosíntesis. El verano en Benidorm. Las tres Marías. Las 13 de AP. Poco a poco dejas de sentir que esa es tu habitación.

Abres la maleta. Rodolfo. Boby. El coche de bomberos. ¡Todos dentro!
La nevera casi totalmente vacía. ¿En el congelador? Cubitos. Una bolsa de arroz. Hielo, mucho hielo.

Sabes que te vas. Tristeza. Buenos momentos. Nostalgia. Ganas de volver a casa. Te preguntas si volverás a ver a todas las personas que han pasado durante este tiempo por ahí. Seguramente, al chico que toma la lectura del agua no. Suspiras. El perro de la vecina ladra. Te alegras porque no tendrás que volver a oírlo.

¿Volverás? Con toda seguridad, no. Mucho tienen que cambiar las cosas. Crees que te acostumbrarás a vivir con tus padres después de 5 años fuera de casa. Tal vez, a mitad de año, tengas que irte si no quieres salir volando por el balcón. Es una posibilidad. Lo piensas. No puedes evitar sonreír. Si no, no sería ella.

Las noches de sofá, peli y palomitas. Visitas inesperadas. Risas. Visitas más que esperadas. Cotilleos. Algún que otro lloro. Meteduras de pata. Secretos. Calor. Ahora hace mucho calor...













Maldita Nerea – El Error

Me acostumbré a tu sonrisa IV

Mientras espera el ascensor para subir a casa, Susana no puede dejar de repetir mentalmente aquellas palabras… “Necesitaba saber que estás bien…” pero, ¿realmente estaba bien? A estas alturas de la película ni ella lo sabe.

Decide acostarse, es demasiado tarde y el día siguiente se presenta duro en el trabajo.  La empresa en la que trabaja no está pasando por su mejor momento así que muchos días tocaba, entre otras cosas, estar allí hasta las mil y tantas entre broncas y malos rollos con algunos compañeros.

Miles de pensamientos rondan su cabeza… El primer día que le vio, su sonrisa enigmática y, a la vez, tan encantadora, su pelo, la forma en la que la miraba, aquel primer beso… Aquel primer beso que recuerda como si fuera ayer. Recuerda como le puso la mano en la espalda, como le dijo que quería besarla y no separarse de ella nunca más… Recuerda el cosquilleó que la recorrió de arriba abajo, las ganas de gritar al mundo que Él estaba allí, que la hacía sentir especial.

Él, sin quererlo, se convirtió en alguien especial, en alguien muy especial.  Poquito a poco se ganó un trocito de su corazón pero aquella historia acabó. Decidieron perderse de vista , intentar olvidarse el uno del otro y no seguir pasándolo mal…Los momentos buenos eran increíblemente buenos, inmejorables creía Susana, pero los malos, los malos hacían que los demás dejarán de contar. Llegó un momento en el que pesaba más en la balanza todo lo malo y eso, según Él, era señal de que ya estaba todo hecho.

 Al verlo esta noche, Susana  comprende que  ya no siente  nada especial por é. Le tiene cariño, por supuesto, había sido importante en su vida, pero no lo quería de otra manera, ya no sentía el deseo de verle, de estar con él, de un abrazo…

Entre recuerdos de tantos momentos vividos juntos, Susana consigue dormir…

Se  levanta aturdida, tan cansada como cuando se acostó o, incluso, algo más. El día se presenta complicado… Una ducha para espabilarse, un buen desayuno, como los que le preparaba su madre cuando vivía en casa, y a salir corriendo, como siempre, porque llega con el tiempo justo. Por suerte, por la tarde no trabaja así que cuando saliera se marcha, al pueblo de al lado, donde había quedado con su mejor amiga, Lucía, para comer. Necesita una charla de chica a chica y no hay nadie mejor que ella para entenderla, lo de comer, no es más que una excusa.

Gente

Me gusta la gente que vibra.
Me gusta la gente que cultiva sus sueños.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.


Me gusta la gente capaz de entender que el mayor  error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

Mario Benedetti

Golpes Bajos – No Mires A Los Ojos De La Gente

La curiosidad mató al gato...

Vivo en un bajo y mi vecina, la del cuarto, tiene un precioso gato siamés. Los gatos no son santo de mi devoción, no es el animal que yo, personalmente, elegiría como mascota. Sin embargo, este tiene un algo que lo hace especial, algo que, pese a todo pronóstico, hace que me guste.

Me gustaría poder decir, aunque sólo sea una vez, que yo tuve ese gato... No otro, ese!

Desde mi patio, lo veo asomado al balcón y más de una vez ha hecho el intento de tirarse pero, claro, la altura es bastante elevada y la posibilidad de caer mal, pese a que los gatos siempre caen de pie, es como para pensárselo.

El gato nunca ha saltado y, visto lo visto, no lo hará.

Conchita – Soy Un Gato

Un mes...

Un mes... Dicho así parece poco tiempo... Treinta días no es tanto, ¿verdad?

Llevo treinta días sin una casa a la que llamar mía. Treinta días sin poder
dormir bien, pendiente de cualquier ruido demasiado brusco. Treinta días
desaparecida en combate.
                                                              Treinta días...

Setecientas veinte horas con la cabeza en cualquier cosa menos en las que
debería, setecientas veinte horas intentando volver a la normalidad,
setecientas veinte horas intentando embotellar recuerdos para no abrirlos
nunca más...
                                                            Setecientas veinte horas...


Cuarenta y tres mil doscientos minutos, que son muchos minutos, pensando
qué va a pasar ahora con nosotros...
Ya no somos noticia, ya los políticos no hablan de Lorca ni salimos por la tele.
Parece como si todo ya estuviera bien, pero no...Sólo hace falta pasear por
las calles de la ciudad, algunas tienen más vida, se ve algo de movimiento
pero otras...
Otras parecen barrios de una ciudad fantasma... Barrios como era el mío,
en La Viña, es raro encontrar paseando a alguien. No queda nadie por la zona
o, quedan, muy poquitos...
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Me he mudado, aunque a los que os tengo un poco informados de todas esta
 historia, sabéisque no tenía mucho que "mudar"...Aún así, menudo lío!!

Ahora, tengo un lugar al que volver después de acabar un día... No es mi
casa, ni la de mis padres pero estamos tratando de hacer de ese lugar nuestro
hogar. No es fácil, os lo aseguro, pero bueno.. no nos queda otra que tratar de
conseguirlo, porque, visto lo visto, tenemos mucho tiempo para estar aquí...

Debo acostumbrarme a un barrio que no es el mío, una cama que no parece
demasiado cómoda
y un sofá que no invita a estar mucho tiempo sentando...
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Debo sonreir y pensar que todo irá bien...
Tarde o temprano, todo volverá a ser como antes.

Último día...

Hoy ha sido nuestro último día.
Después de 770 horas juntas (bueno, juntos, que también está Paco..) tenemos que despedirnos.Por un lado estamos contentas, después de tanto tiempo pringando hemos acabado pero, por otro,se puede decir que hasta nos vamos a echar de menos...
Si, nos vamos a echar de menos porque en este tiempo nos hemos convertido en una pequeña gran familia...y, como en todas las familias, hemos tenido nuestros momentos buenos, de risas y cachondeos y otros momentos no tan agradables aunque, bien pensado, lo raro sería no haberlos tenido, que ha sido mucho el tiempo juntas, chicas!!

Chicas, espero que el "tenemos que vernos" no quede solo en eso.. Si no antes, cuando nazca Sara, tenemos que ir a que nos conozca que, para nosotras, es una más.. Arantxa, seguro que sale contable la niña!!!
Ojalá nos vaya a todas bien y, tarde o temprano, preferiblemente temprano, encontremos trabajo y quedemos para celebrarlo...Que otra cosa no, pero las fiestas se nos dan bastante bien.

La Caja De Pandora – Pa' luego es tarde

Por cierto, muchas gracias MJ.

=)