5 abr 2011

El destino no hace visitas a domicilio...

Te quejas porque las cosas no suceden de la forma en la que a ti te gustaría
que transcurriera toda esta historia.
Reniegas porque dejas una puerta abierta a un alguien que no se decide a cruzarla.
Piensas y barajas innumerables motivos que intenten explicar por qué no lo hace, 
por qué no se atreve a dar ese paso, por qué si todo está tan claro... Si total, ¿qué diferencia
hay entre estar fuera y dentro? ¿Dos pasos? ¿Quizás tres y un pequeño escalón?
¿Por qué ese alguien se empeña en ver tu puerta cerrada?


El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia
o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es
visitas a domicilio... Hay que ir a por él.


Pues eso, no puedes esperar que se atreve a cruzar la puerta, que decida arriesgarse, no todos 
somos así... A veces, no es suficiente con dejar la puerta abierta, es necesario invitar a que entren...
Quizás no entran o porque no saben que la puerta está abierta o porque,a pesar de saberlo,
están esperando a que tú salgas a recibirlo... Al fin y al cabo, la puerta da a tu casa... 
Mi puerta siempre estará abierta para ti...

Lo normal es que, como buen anfitrión que eres, des tú el primer paso, salgas al zaguán,
mires a ese alguien y le digas:
 "Vamos, entra, hace mucho que te estaba esperando... No imaginas cuanto"
Si te equivocas podrás pensar que, al menos, lo intentaste.

Shakira – Te Espero Sentada


3 comentarios:

  1. Exactamente así, lo mejor es coger las riendas. Al menos nunca podrás decir que tú no lo intentaste. Saludos!

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  2. Ya nos seguimos las dos!!

    ME gusta mucho tu blog..



    =)

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  3. Aunque nunca me callo, guardo un par de secretos,
    lo digo de hombre a hombre, de mujer a mujer.
    (...)

    De par en par te abro las puertas que me cierras.

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