- Si hubiera hecho una apuesta con alguien habría ganado- le dijo él sonriendo.
-¿Perdón?- preguntó la chica con cara confusa.
-Pues eso, que si hubiera apostado con alguien si me darías dos besos o no, habría ganado...
-¿Habrías apostado que no?- preguntó esbozando una leve sonrisa que la delataba por completo. Si que la conocía bien... Tal vez mejor de lo que ella pensaba.
-Por supuesto que habría dicho que no y ahora sería un poco más rico...
A Susana nunca le habían molestado, en exceso, los silencios si eran con él pero esta vez, el camino hasta el lugar que la llevaba le pareció interminable. Llegaron a las afueras de la ciudad, donde no había ruido de coches, ni niños gritando, ni miradas indiscretas ni nada... Por no haber, no había ni donde sentarse. Se veían las estrellas perfectamente... Él sabía que Susana le encantaban y quería regalarle ese momento.
Desde que se conocían, se habían entendido bien pero, visto lo visto, no lo suficiente. Él le tenía cariño a Susana o, al menos, eso era lo que ella le contaba a sus amigas y Susana no tenía del todo claro que sentía por él.
Bajo la luz de la luna se dedicó a observarlo con detenimiento. "Pensándolo bien, tampoco es que sea tan guapo. A saber qué será lo que vi en él..."
-Tierra llamando a Susana...
-Perdón- susurró la chica avergonzada.
-¿En qué pensabas?- preguntó mostrando verdadero interés.
-En nada...
-Cuando una chica dice nada es todo así que, cuéntame. Te compro ese pensamiento.
-Nunca podrías comprarlo y, cuando digo nunca, es nunca.
-¿Qué te parece un beso?
-¿y quién te ha dicho a ti que yo quiera un beso tuyo?
-No se, pero tenía que intentarlo. Me apetece mucho besarte.
Él cogió la cara de Susana entre sus manos, con muchísima dulzura, y la besó en la mejilla. Ella se estremeció, un escalofrío la recorrió de arriba a abajo... "Ya se que es lo que vi en él..."
Se había hecho tarde y tenían que marcharse. Poner rumbo a la ruidosa ciudad e intentar descansar para el día que se acercaba.
Al dejarla en casa, una vez fuera del coche, Susana se volvió para preguntarle por qué le había dicho que necesitaba verla... Por más que lo intentaba la chica era incapaz de entenderlo.